¡Mi reino por una herradura!

Cuentan que un rey tenía que enfrentar la batalla final de una guerra. Para lograr la victoria, envió un mensajero de suma confianza para llevarle un mensaje al general, allí en el frente mismo de la batalla. Pero cuando el mensajero iba en camino, a su caballo se le cayó una herradura, y el animal no pudo avanzar más. El mensaje no llegó. La batalla se perdió; y el rey luego exclamó:- ¡Mi reino por una herradura!

La Biblia habla de la mosca que arruina el perfume (Eclesiastés 10:1). En Cantares 2:15 la Biblia también nos dice que las zorras pequeñas echan a perder las viñas. ¿Quién en su sano juicio va a permitir perder una guerra por una herradura, echar a perder un perfume por una mosca o dejar que un zorro arruine una viña?

Sin embargo, día a día arriesgamos grandes oportunidades y avances debido a las “herraduras flojas” en nuestra vida. Estas herraduras se podrían llamar:

Apuro, Desinterés, Falta de Atención, Ansiedades, Descuido de la salud, Cansancio, Exceso de tecnología, Desorden, Falta de prioridades, Falta de proyectos, Indiferencia, Desánimo, Dolor… cuántas cosas pueden echar a perder nuestra calidad de vida.

Para poder ganar esta guerra hay que enfocar en los elementos de una buena calidad de vida, como por ejemplo:

Ser productivos.

Tener buenos amigos.

Cuidar la vida espiritual, emocional y física de los tuyos.

Estar presente frente a lo que ocurre.

No distraerte de las cosas esenciales de la vida.

Sanar tus emociones negativas y fomentar las emociones positivas.

Perdonar y pedir perdón a diario.

Practicar la solidaridad.

Enfocarte en disfrutar cada día al máximo.

Disminuir el estrés, organizando mejor tu tiempo y esfuerzo.

Meditar, reflexionar y tener tiempo de quietud cada día.