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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

EL EFECTO AKRASIA: ¿Por qué nos cuesta tanto hacer lo que nos conviene?


¿Qué significa akrasia? Es el estado mental en el cual una persona actúa en contra de su mejor bien por la debilidad de la voluntad. Significa actuar en contra de los propios intereses (y esta palabra no significa solidaridad ni sacrificarse por el bien de otros). Akrasia significa ese estado mental irracional en donde a sabiendas dejamos de lado la prudencia, la razón y las consecuencias para ir tras una decisión que entendemos no será buena para nosotros.

El escritor Víctor Hugo había firmado un acuerdo con su editor de escribir su nuevo libro que titularía El Jorobado de Notre Dame, en 1830. Con el tiempo, en lugar de avanzar con su libro, demoró en escribir y se distrajo con otros proyectos y asuntos. Cuando su editor lo increpó por la demora, Víctor Hugo decidió tomar acción para obligarse a vencer su akrasia.

¿Qué hizo el escritor? Encerró su ropa bajo llave y solo se quedó con una manta para taparse, para así eliminar la tentación de salir y entretenerse. Su estrategia funcionó, ya que en los seis meses restantes escribió la obra que fue publicada en 1831.

La akrasia es epidémica en nuestros tiempos, alcanza a todas las personas en todos los escalones de la vida. Pero no es un tema de ahora: los filósofos griegos Sócrates y Aristóteles lo describieron con esta palabra en la antigüedad: Es dejar de hacer lo que es importante, lo que es vital, esencial, lo que corresponde a nuestra responsabilidad. Se podría decir que es falta de disciplina personal y falta de orden.

La akrasia y procrastinación están relacionadas, pero no significan lo mismo: procrastinar es dejar algo para más adelante mientras que la akrasia significa pensar que uno “debiera” hacer algo sin hacerlo, aunque signifique algo beneficioso. Recordemos la definición de procrastinación: es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

¿Por qué nos cuesta tanto elegir bien y luego actuar? Una de las razones que nos indican los científicos es que la tendencia del cerebro es valorar la recompensa inmediata por sobre la recompensa futura.

Cuando haces planes, como estudiar, salir a caminar, bajar de peso- estás haciendo planes para el futuro. Pero a la hora de la definición, estás en el momento presente y el cerebro tiende a favorecer la gratificación del momento. Esto es fácil de ver en los niños ¡quieren todo ya! Y como adultos continuamos con la misma sensación de querer el placer inmediato.

La ciencia indica que la fuerza de voluntad, como un músculo, se hace más fuerte cuanto más lo uses. Por otro lado, la investigación afirma que tenemos una cantidad finita de voluntad cada día. Esto significa que por un lado tenemos que evitar las tentaciones innecesarias, reducir o limitar nuestro desorden mental, y usar la voluntad hacia las decisiones más importantes o esenciales. Por ejemplo, podemos perder energías al perder tiempo por la indecisión y demora al comprar unas cortinas, por ejemplo. O elegir un buen libro para leer. Y así.

Al intentar cambiar, o progresar, o estudiar o sea cuáles sean tus planes, te encontrarás con un presente que no está tan dispuesto a cambiar. Encontrarás una resistencia natural en ti mismo y en tu entorno. Aunque hayas estado feliz planeando tus planes para el futuro, descubrirás que es más difícil cambiar o hacer ajustes en la vida diaria.

Por eso, las personas que pueden demorar la gratificación presente tienen mayor predictibilidad de éxito en la vida. Saben esperar, saben tener paciencia, saben poner sus energías hacia metas que a la larga… aunque no a la corta… traigan satisfacción. Entender que la gratificación instantánea puede causar placer, pero un placer momentáneo, ayudará a que seamos más eficaces y sabios a la hora de planificar, para saber demorarla o postergarla.

Hay algunas estrategias que podemos aplicar para vencer la akrasia:

UNO. Al planear tus metas al futuro, considera la akrasia y busca hacer varios “trucos” para vencerla, así como hizo el escritor Víctor Hugo: el escritor aumentó los obstáculos hacia el placer y disminuyó sus opciones de “escaparse”. También se pueden establecer recompensas posteriores al plan de acción, como permitirte algún tiempo definido para mirar la televisión después de realizar la tarea o salir a tomar un café con amigos. Si quieres mejorar tu alimentación, por ejemplo, no tengas a mano comidas no saludables, y ten frutas y verduras siempre a tu disposición.

DOS. Convierte tus acciones en hábitos. Busca incorporar tus hábitos de manera que se agreguen de manera habitual a tu estilo de vida, para que no requiera tanto esfuerzo de voluntad espontáneo, como por ejemplo: en lugar de ver televisión por la noche o surfear, lee un libro señalado por media hora. Otro buen hábito es anotar todos los días las metas y objetivos para lograr de manera diaria, semanal y mensual e irlas revisando regularmente.

TRES. Ten en cuenta que la culpa y la frustración de siempre dejar las cosas para después generalmente terminan siendo peor que el esfuerzo de hacer lo que hay que hacer en el momento oportuno. Recuerda que el momento de arrancar la tarea es la más difícil, luego se hará más fácil. Define el momento y espacio en donde comenzarás con los cambios. Ej: Comenzaré el lunes a caminar media hora de seis a seis y media de la tarde, y caminaré los días miércoles y viernes. Dejaré de tomar bebidas gaseosas de lunes a sábado y comenzaré a tomar agua con limón, y solo tomaré gaseosas los días domingos. Y así… como bien dice el refrán, quien fracasa en planear, planea el fracaso. O sea, escribe con fecha y día y horario, costo y esfuerzo lo que desees emprender.

CONSEJO FINAL: Fija metas que son realmente importantes para ti, dentro de tu escala de valores y prioridades; metas medibles, prácticas (apréndete el sistema S.M.A.R.T. para fijar metas). Encuentra el equilibrio entre tu vida hoy y los cambios que quieres sumar e implementar.

Aristóteles definió que la palabra antónima (contraria) a akrasia (tendencia a la procrastinación) era enkrateia (tendencia a tener dominio propio).

Recuerda: tu vida tendrá más sentido y propósito si practicas más la enkrateia que la akrasia…

Quizás no tengas una gran novela para escribir, como Víctor Hugo, pero seguramente tendrás proyectos y sueños para volver a poner en marcha. ¡A ponerse en marcha con la enkrateia!

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