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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

UNA SIMPLE RECETA PARA MEJORAR NUESTRAS FAMILIAS ES ¡COMER JUNTOS!


¿Qué puede ser más sencillo que comer juntos?

Todo el mundo anda corriendo, apurado, no hay tiempo, los teléfonos celulares invaden la mesa, los horarios se complican, andamos desconectados… pero ¡es de suma importancia el tiempo de comer juntos!

Las investigaciones nos indican que los hijos que más comen junto a sus padres tienen menor tendencia a tomar, a fumar, a drogarse, a embarazarse, a suicidarse y a tener desórdenes de comida, escribe Bruce Feiler. Otros estudios indican que las familias que comen juntos tienen más vocabulario, mejores modales, y mejor auto-estima.

Es más, la Universidad de Michigan hizo un informe que descubrió que el indicador único que más predice mejores logros académicos y menores problemas de conducta es… comer juntos en casa. Los estudios indicaron que el tiempo juntos en las comidas tiene mayor influencia que el tiempo en las escuelas, estudiando, haciendo deportes o asistiendo a actividades religiosas. ¡Guau! Algo tan simple de realizar pero difícil de valorar.

Estos tiempos en familia, si bien son rutinas, pueden ser oportunidades. Es más, hay rutinas que se convierten en rituales que aumentan el bienestar mental y físico. Cuando hay orden y buenas rutinas en las familias, según un estudio de psicología familiar, disminuyen las enfermedades respiratorias, mejora la salud en general de los hijos y los niños tienen mejor rendimiento escolar. Este ritual de comer juntos, sea de manera diaria o regular, hay que valorarlo y potenciarlo por lo que es: una oportunidad de diálogo, conversación y conexión entre los miembros de la familia.

Consejos para aprovechar estos tiempos de comer juntos:

Darle la importancia que se merece, aún con una comida sencilla, pero darle importancia y disfrute. Buscar la colaboración de todos en preparar la mesa, servir la comida, recoger la mesa y luego lavar los platos.

Apagar el televisor y los teléfonos celulares.

Bajar línea que el comer juntos hay que crear momentos de alegría y disfrute. No es el momento para discutir, pelear, o quejarse el uno del otro.

Establecer normas de no interrumpir, escuchar con atención, y “mejorar el silencio” con buenas preguntas y conversaciones.

Aprovechar para hacer preguntas, y dialogar entre todos sobre lo que se vive, lo que se piensa, sobre proyectos, inquietudes y vivencias. Es el momento en donde los padres pueden informar, educar y concientizar a sus hijos de temas relevantes.

Los estudios indican que al comer juntos se come más sano: cuando se come a solas, las personas tienden a comer más comida chatarra y a comer de más. (Está aumentando el sobre-peso en los niños en general, y una de las razones es la falta de atención y cuidado de los adultos. Hoy se estima que casi uno en cinco niños tiene sobrepeso, lo cual aumenta sus riesgos de problemas de salud en el presente y en su futuro.)

El tiempo de calidad en familia es la respuesta a muchos problemas que enfrentan los hijos. El tiempo de calidad mejorará el diálogo y disminuirá el estrés y la tensión familiar. Y el mejor lugar para aprovecharlo es durante las comidas.

¡A la salud de la familia! Hagamos de nuestras comidas un tiempo inolvidable y productivo.

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