Reconocimiento a las maestras

Una vez un rey decidió honrar al súbdito más importante de su reino. Convocó a todas las personas de eminencia en su reino, que se reunieron todos en su palacio. Se fueron presentando varios, de uno a uno. El primero fue un filántropo muy adinerado, y había dado mucho de sus riquezas a escuelas, hospitales y orfanatos. El segundo que se presentó era un medico célebre, que había dedicado su vida a sanar a muchos enfermos y realizando descubrimientos médicos. El tercero era un juez, un hombre distinguido por su sabiduría, su sentido de justicia y aporte social. Y así desfilaron varias personas importantes.
Finalmente se presentó delante del rey una mujer anciana, sencilla en su manera de vestir. Nadie podía imaginarla a ella como una persona a quien honrar. ¿Cómo era posible que ella se pudiera comparar con los demás?
El rey estaba intrigado y sorprendido por su presencia. Él le preguntó quién era. Y la mujer contestó tranquilamente: "Rey, ¿ha visto al filántropo, al médico y al juez, y a los demás candidatos? Yo fui su maestra."
Esta mujer no tenía fama, ni fortuna, pero había influenciado positivamente a cientos de niños durante su larga y dedicada carrera de maestra.
Así como el rey fue sorprendido, así también nosotros tenemos la oportunidad de agradecer a los maestros y profesores que a través de su tarea valiosa, marcan la diferencia en las vidas de las personas, aunque muchas veces pareciera ser una influencia anónima.
¿A quién puedes hablar y valorar por su trabajo hoy como docente?