¿Quién eres, dueño o víctima?

Steve Chandler, escritor, nos enseña que hay dos clases de personas: los dueños y las víctimas. Los dueños toman plena responsabilidad por lo que viven. Se hacen responsables de sus acciones y reacciones. Las víctimas, por otro lado, se consideran como que la vida les jugó una mala pasada, y no asumen su responsabilidad, sino que le echan la culpa a los demás por sus circunstancias, y dificultades. La diferencia entre estas dos clases de personas están en las preguntas que se hacen. El dueño se pregunta, ¿Qué puedo hacer? mientras que la víctima pregunta, ¿A quién le puedo echar la culpa?

La manera en que respondes ante una situación, aun dolorosa, es tu decisión. ¿Serás dueño o víctima de la situación?

Debbie Millman escribe: “Si no estás cometiendo errores, no estás tomando suficientes riesgos”. También escribió: “Solo es un fracaso si aceptas la derrota”.

Depende de mí.

Es fácil caer en echar la culpa de nuestro bienestar (¿o malestar?) sobre los demás. Pero es nuestra responsabilidad “responder con habilidad” a la tarea de dirigir nuestras vidas. Es cierto, nos afecta el país, la familia, la salud, el trabajo… y podemos creer que estamos a merced de los vientos ajenos. De esta manera ponemos nuestras vidas en manos de otros (y de paso les echamos la culpa por nuestra infelicidad). Pero nos olvidamos de mirar adentro, a lo que somos, y encontrar allí la respuesta y la valentía de levantarnos cada día para seguir luchando tras aquello que nos mueve y nos ocupa. Al asumir nuestra responsabilidad nos sentiremos más capaces y más confiados.

Pero solo nosotros somos responsables de nuestro propio bienestar.