¿Culpa incorrecta o buena?

La culpa incorrecta puede robarte las fuerzas para luchar. Examina y pregúntate qué es lo que la culpa quiere enseñarte, aprende las lecciones, y sigue adelante. Si la culpa te indica algo a enmendar, haz la enmienda, y continúa.
Ante una actitud de bienestar, hay menos índices de depresión y culpa. Y la culpa puede estarte acusando excesivamente y dañando tu vida. También puede ser una culpa que te acuse por tus errores. Aprende de tus errores, haz los cambios pero sigue adelante. Hay estudios que indican que a mayor nivel de culpa, menor es nuestra actitud de lucha y emprendimiento. Y si no tomamos pasos de actividad respecto a los problemas, sumaremos más culpa por no habernos esforzado más. Así que uno de los primeros pasos para recuperar la alegría y celebrar la vida es perdonarnos a nosotros mismos por las actitudes que hemos tenido que nos han dañado. Y al perdonarnos, disminuirá la culpa.
La buena culpa es la que nos señala aquello que hemos hecho mal, o donde hemos dañado a otros, para buscar los cambios, pero la culpa crónica nos mantiene atados a patrones de comportamientos dañinos. La culpa inútil nos puede llevar a evadir nuestras responsabilidades y evadir tomar decisiones y acciones productivas. La culpa nociva nos puede llevar a siempre mirar lo negro y lo negativo de las situaciones en lugar de enfrentar el presente para realizar los cambios necesarios hoy.