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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

La amabilidad: el bálsamo de la vida


La amabilidad es benignidad, trato respetuoso y considerado.

La amabilidad es una cualidad que afecta directamente tus relaciones. Es algo que estamos perdiendo en el trajín de nuestros tiempos, el apuro y la falta de buenos modales. Hemos perdido la calidez humana y el buen trato.

Una palabra amable, una acción amable puede marcar la diferencia en la vida de una persona. La benignidad viene de la palabra chrestotes, que significa excelencia moral, y chrestos, que quiere decir mejorar, perfeccionar.

Otra palabra es la amabilidad útil, según la palabra ahathosune, una bondad no solo como cualidad sino como acción, como actividad. Significa una amabilidad útil para dos aspectos importantes: evitar o disminuir la crueldad o maldad, o ayudar ante la necesidad. Estas dos tareas de la amabilidad son sumamente importantes.

La amabilidad es una demostración de amor. A veces creemos que es imposible amar todo el tiempo, ¿pero sabes? Se puede ser amable y respetuoso, todo el tiempo. Y eso ya es amor. Piensa más en ser amable más que en amar. El amor, como recordamos, es una decisión, no una emoción pasajera. Y se traduce en amabilidad.

La Biblia nos dice en Efesios 4:32 (NTV) “Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.”

La amabilidad trae excelentes consecuencias, como el perdón y actitudes agradables.

¿Qué significa la amabilidad?

Es la cualidad de bondad, benignidad. Es un amor firme que mantiene relaciones buenas con los demás en todo tiempo.

Es la cualidad del corazón que se expresa en una actitud de servicio.

Es practicar la hospitalidad, es considerar a los demás en general y hacia los seres cercanos en particular.

Es bondad en acción, es paciencia, es comprensión. Cuando eres bondadoso con otros, de paso eres bondadoso contigo mismo.

La actitud de la amabilidad es dar con desprendimiento, sin esperar nada a cambio, sin condiciones. Tu amabilidad no depende del trato de los demás: eres amable y respetuoso no importa cómo te traten otros.

Piensa qué significaría para tu vida tener más amabilidad en tu día: en tu trabajo, en tu matrimonio, en tus hijos, en tu trato con los demás.

PREGÚNTATE

¿Cómo demuestro la bondad en mi vida diaria?

¿Qué puedo hacer para tener una actitud más bondadosa?

¿Qué obstáculos tengo para ser más bondadoso?

Algunos obstáculos a la amabilidad son la impaciencia, el rencor, resentimiento, desprecio, o ira. La amabilidad es más que ser cortés, es considerar al otro, es ponerse en su lugar.

La amabilidad está escaseando en estos tiempos.

Y es cuánto más necesitamos ser amables. Ya que la amabilidad es una acción.

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