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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

EL EFECTO COBRA: CONSECUENCIAS INESPERADAS


En los tiempos coloniales de India, a mediados del siglo XIX, la ciudad de Delhi sufría de un exceso de cobras. Para disminuir la cantidad, el gobierno británico ofreció una recompensa para quienes las cazaran. En un comienzo, muchos cazaron a las cobras y fue disminuyendo su cantidad en la ciudad. Al decaer la cantidad de cobras disponibles para cazar, las personas comenzaron a criar las cobras en sus casas, las que luego mataban para cobrar la recompensa.

El gobierno tomó una nueva medida: dejó de pagar la recompensa. Por lo tanto, la gente también hizo lo siguiente: soltaron a todas las cobras (que ya no eran valiosas) a las calles. Y así la ciudad de Delhi terminó con un mayor problema que al comienzo.

Las consecuencias inesperadas ocurren tan a menudo que se comenzó a llamar “El efecto Cobra”: cuando el intento de una solución produce un problema mayor de consecuencias inesperadas. Esto puede ocurrir en la economía, en la política, en acciones sociales, y otras áreas de la vida.

En Méjico, por ejemplo ocurrió el efecto cobra en otro problema. La ciudad de Méjico, a fines de los 80s, estaba con altísima contaminación ambiental. El gobierno dictó una ley con la intención de reducir la contaminación al quitar que el 20% de los autos (determinados según los últimos dígitos de sus patentes) no circularan en ciertos días. ¿Disminuyó la contaminación ambiental? No, porque la gente fue tomando otras alternativas. Originalmente, el gobierno intentaba que la gente se agrupara en un automóvil para viajar (car pooling) o viajaran en transporte público. Sin embargo, muchos usaron los taxis, que ya contaminaban de más al ambiente, otros compraron automóviles con patentes que terminaran en números con los cuales pudieran viajar los otros días, y otros compraron vehículos económicos que también contaminaban excesivamente.

En Hanoi, Vietnam, en los tiempos coloniales en 1902 bajo la administración francesa, las autoridades comenzaron a dar una recompensa a quienes entregaran una cola de una rata, debido al exceso de ratas en la ciudad. ¿El resultado? Las ratas sin colas no se mataban, sino que continuaban viviendo y multiplicándose, y así había más colas de ratas para cobrar. El gobierno canceló la recompensa al tiempo.

En 1975, un economista norteamericano de nombre Steven Peltzman, estudió el impacto de la ley de usar cinturones de seguridad respecto a las muertes en automovilismo. Descubrió que si bien los cinturones aumentaban la seguridad de los pasajeros, también manejaban con mayor imprudencia, por lo tanto…. Se producían mayores accidentes fuera del auto. No se redujo a la larga las muertes por automovilismo, ya que la tendencia de la gente a reaccionar a las regulaciones de seguridad aumentaba otros comportamientos de riesgo, neutralizando así de manera total o parcial los beneficios de las regulaciones. Este y otros estudios fueron realizados por Peltzman, de los cuales el más conocido es sobre automóviles. Este estudios se llama el Efecto Peltzman.

Esto nos lleva a reflexionar que muchas veces las soluciones que se toman tienen consecuencias muy diferentes a lo que se deseaba.

Warren Buffett, empresario millonario, escribió: “La clave en las economías, cuando alguien te hace una afirmación, hay que preguntar siempre, ¿Y luego qué? En realidad, no es tan mala idea preguntar esto respecto a todo… ¿Y luego qué?”

Todas las definiciones implican consecuencias, por lo cual hay que pensarlo muy bien. ¿Cuál es realmente la solución al problema? ¿Qué consecuencias tienen nuestras decisiones? Si bien es imposible poder analizar todas las consecuencias, es importante tomarnos el tiempo para analizar las posibles consecuencias de nuestras acciones, en lugar de actuar sin al menos considerarlas.

Entonces preguntemos más a menudo ante nuestras decisiones, ¿Y luego qué?

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