Elige tus pensamientos y tus palabras

No es difícil descubrir al negativo, al falto de sentido del humor. En cuanto conversas con alguien así, ¡lo descubres en sus palabras!

• Nada me sale bien.

• Qué de bueno saldrá de todo esto.

• ¡Quién sabe en qué terminaremos!

• ¡Justo a mí me pasan todas estas cosas!

Sus pensamientos negativos abundan de tal manera, que pronto sobresalen en la conversación. Si es posible, estas personas tratan de compartir su miseria de modo tal que también terminen los demás arrasados por el mal humor y un enfoque negativo de la vida.

Es una profunda verdad lo que nos revela Mateo 12:34: De la abundancia del corazón habla la boca. Es claro entender, entonces, que aquello que ocupa nuestra mente, nuestros pensamientos, afectará toda nuestra manera de vivir.

¿Pensamos mucho en lo negativo? Se revelará en nuestras palabras.

Jesús afirma que la raíz del problema, en Mateo 15:11, 18-19, es lo que ya está en el corazón del hombre y sale por medio de sus palabras.

Nuestra actitud surge en toda nuestra vida.

Se asume popularmente que la sociedad se infiltra en nuestros hogares y hace estragos. Es cierto. Pero es aún más cierto que lo que ya existe en nuestros corazones y pensamientos es lo que abre camino a lo exterior. Aquello que ocupa mis pensamientos reflejará mi corazón, y lo que mi corazón decida, reflejará mi actitud hacia la vida.

Delante de cada ser humano se encuentra una bifurcación en el camino de la vida. Un camino nos acerca a la bendición de Dios, y el otro camino nos aleja... ¿cuál escoges? ¿Escogeremos elegir los mejores pensamientos y palabras?

Allí está la lucha en nuestras vidas. En nuestro corazón. Quien sea dueño de nuestros corazones será dueño de nuestras palabras, de nuestras acciones, y de nuestras decisiones.

Que el dueño de tu corazón sean pensamientos de paz y sabiduría. Y el resultado serán palabras de paz y sabiduría.