Creados para dejar huella
Philip Reis, un profesor de física alemán, presentó en 1862 un invento para transmitir música por medio de cables; él mismo inventó el uso de la palabra teléfono. Pero los demás científicos alemanes lo disuadieron de su invento, diciendo que solo era un juguete, que el telégrafo ya era suficiente. Dos años después de la muerte de Reis, el joven Alexander Graham Bell tomó su idea, la mejoró y patentó el teléfono. Un inventor se quedó con la idea a medio hacer, el otro logró avanzar y concretar la idea.
En la Biblia, en 1 Pedro 4:10 dice: “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.” Dios nos creó con capacidades y dones para poner al servicio de los demás. Hay habilidades específicas que cada uno de nosotros tenemos, y en los cuales perseverar y crecer. Tenemos algo valioso para aportar si nos esforzamos y tomamos conciencia de nuestra capacidad de contribuir. Vale la pena intentarlo.
Aquello que dejas de hacer, es algo que no llegará a hacer el bien o ayudar a otro. Aquello que sí dispones de hacer, será de contribución y valor para quienes te rodean.
DOS CONSEJOS:
Identifica lo que tienes el poder de cambiar, ¡comenzando con ti mismo!
Acepta lo que no tienes el poder de cambiar, ¡para tener paz!
El escritor Mark Twain dijo: “De aquí a veinte años estarás más desilusionado por las cosas que no hiciste que por las cosas que hiciste. Así que, arroja tus amarras. Aléjate del puerto seguro. Alcanza los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.”
Emerson escribió: “No vayas por donde el camino te lleve. Más bien, ve por donde no hay camino y deja una huella.”
TRES PREGUNTAS IMPORTANTES PARA HACERTE
1. ¿Qué es lo que realmente quiero? Si hay un área de insatisfacción en tu vida, es bueno que lo explores. ¿Qué cambios necesitas hacer? No te quedes con pensar en un mejor sueldo o en una relación con una persona. Más bien enfoque en pensar en un trabajo que te desafíe a crecer y producir, y piensa en una relación en la cual pueda invertir y valorar.
2. ¿Cuáles son los miedos que me frenan? Si tienes miedos, hazte cargo de ellos, porque si no, los miedos se harán cargo de ti.
3. ¿Cuál es el costo de mi inacción? Solo cuando puedas ver el alto costo de tu inacción frente a tu vida, podrás comenzar a reflexionar en los cambios.
¿Cuáles son las huellas que dejarás en tu vida? Tienes muchísimo para aportar y sumar. Eres valioso.
