¡Invierte en una actitud positiva!

Junto al excelente hábito de la gratitud, lo cual debiéramos practicar a diario y a conciencia para aumentar nuestra calidad de vida personal y la de los que nos rodean, está el hábito de una actitud positiva. Ser positivo, aclaro, no es ignorar la realidad, ni ponerle un barniz de alegría al dolor. Es simplemente elegir tener la mejor actitud frente a… la realidad. Y al practicarlo día a día, lo incorporaremos como un hábito beneficioso.
Enfócate en aumentar tus experiencias positivas más que en eliminar las experiencias negativas. Uno podría preguntarse si no sería mejor eliminar las experiencias negativas, pero la realidad es que gran parte de estas experiencias negativas escapan nuestro control. Ocurren. Pasan. Por lo tanto, nuestro enfoque mayor debiera centrarse en experiencias positivas: en crearlas, en valorarlas, en programarlas, algo que todos podemos hacer. Es encontrar el valor en cada experiencia, en cada pequeña cosa que nos sucede. Y es crear situaciones de valor cada día.
Shawn Achor, investigador de la felicidad, nos dice que enfocamos la felicidad al revés. Generalmente pensamos en trabajar más duro para obtener más éxito lo cual nos haría más felices. Pero esto significa que el cerebro siempre se está extendiendo a lograr más y más, y no se llega a disfrutar. Achor nos dice que tenemos que invertir la fórmula de la felicidad, siendo más positivos en nuestro presente. Al ser más positivos en nuestro presente, el cerebro aumenta un 31% su productividad, se produce un 47% de mayores ventas, y los médicos aumentan un 19% en su eficiencia y diagnóstico… y así varios beneficios más.
Pero lo real es que un cerebro más positivo aumenta la resiliencia, mejora los trabajos… y aumenta el bienestar en nuestras vidas. Al ser más positivos, aumenta la dopamina, explica Achor, aumentando nuestro sentido de bienestar, y también abriendo los centros cerebrales de aprendizaje, para ayudarnos a ser más inteligentes, más pensantes, más sabios.
Un jovencito, llamado Sam Berns, con la enfermedad de progeria (enfermedad genética que causa envejecimiento prematuro) dio una charla TED a los 17 años, poco antes de morir, compartiendo los tres aspectos de una vida feliz:
Está bien aceptar lo que puedes hacer, en lugar de enfocarte en lo que no puedes hacer.
Había que rodearse de personas de calidad de vida, de inspiración.
Hay que seguir yendo hacia adelante, así como lo dijo Walt Disney. “No perdemos mucho tiempo mirando para atrás,” dijo Disney. “Seguimos hacia adelante, abriendo nuevas puertas y haciendo cosas nuevas.”
Al terminar estos tres puntos en su presentación, Sam agregó con simpatía: “Ah, y falta una cuarta cosa. Nunca te pierdas una fiesta.”
Tomemos este ejemplo. Enfoquemos nuestras vidas en ser más agradecidos y para crear momentos positivos e inspiradores… a pesar de todo. Encontremos el arco iris detrás de toda tormenta. Creamos en lo mejor y elijamos mejorar nuestra actitud positiva cada día.