ERRORES PARA CORREGIR AL COMENZAR UN NUEVO AÑO

Finaliza el año, entramos en el mes de diciembre, y con todas las corridas de un mes complicado, lleno de compromisos, gastos, responsabilidades familiares, escolares… fácilmente caemos en cerrar un año en agotamiento, estrés y desbordados. Las fechas navideñas son tiempos de muchas preocupaciones, como que al cierre de un año tratamos de terminar en pocos días lo que no alcanzamos en todo el año. No es una actitud realista. Habrá que reprogramar y reordenar la agenda del futuro, desde la pausa, desde la reflexión.

“El propósito es el gran divisor que separa aquellos que simplemente están viviendo de quienes realmente están vivos”, expresó Alex Rogers. Es tiempo de examinar cómo estamos terminando un año, y cómo comenzaremos el siguiente. ¿Seguirás divagando sin claridad o encontrarás el propósito y el valor a tu vida?

¿Qué podemos hacer? Aprendamos de los errores y aprendamos las lecciones.Podemos comenzar reconociendo que intentamos hacer demasiadas cosas a la vez, en lugar de enfocarnos en menos actividades pero más importantes e imprescindibles. Es un error intentar hacer demasiado, lo cual nos da la ilusión de estar productivos, cuando en realidad estamos ocupados sin abarcar tanto. No intentes controlar demasiado las cosas. Haz lo que te toca, mantente dentro de tus límites, emocionales, espirituales, económicos…. Y descansa en lo que no hagas. Comprométete al proceso más que a los resultados. Enfócate en tus acciones.

Al estar con excesiva actividad nos volvemos mucho más críticos, más negativos, más impacientes… exigimos demasiado de los demás cuando en realidad… no somos realistas con nuestras propias exigencias. Sé realista, pero ¡no pesimista!

Consejo importante: Expresa tus límites y prioridades en voz alta, con claridad y con especificaciones, de modo tal que las personas a tu alrededor sepan exactamente qué intenciones tienes, qué esperar de ti, y no esperar que los demás “intuyan” o “adivinen” lo que estás definiendo.

Muchas personas tienen miedo a fijar metas por temor a no alcanzarlas… en lugar de planear a la medida de sus posibilidades y realizar el esfuerzo. El no planear no llevará a ningún lado. Pero fijar metas toma tiempo y auto-examen. Es un proceso de toda la vida más que un momento de inspiración. Es más, al activarte hacia tus metas, puedes ir realizando cambios y ajustes. Pero no te preocupes, realizar ajustes es mucho más sencillo que no tener nada en marcha. Y al avanzar, te inspirarás, y cobrarás fuerza.

Simplifica tu vida. Busca dejar de lado lo poco importante, y enfócate en simplificar tu vida. Toma menos compromisos, no digas que sí a todo, y no te llenes de compras ni objetos que a la larga no aporten a la calidad de tu vida. Y piensa, cuantas más cosas no resueltas o no planificadas tengas en tu vida, mayores serán tus niveles de estrés y preocupación. Viaja por la vida con una “valija” con las pertenencias esenciales: salud, familia, trabajo, tiempo personal… y `recuerda que parte del equipaje excesivo son las culpas y las cargas… avanzamos por la vida acumulando resentimientos, amarguras, frustraciones… Y este es un equipaje que puedes “descartar” o dejar de lado. ¿Para qué agobiarte con un exceso de emociones negativas y dolorosas?

Decide en este nuevo año…

Ser una persona más paciente.

Ser una persona más reflexiva.

Ser una persona más atenta y respetuosa.

Ser una persona más firmes y decidida en sus prioridades.

Ser una persona más disciplinada.

Ser una persona que elija el perdón y no el rencor.

Ser una persona más enfocada.

Ser una persona con un gran propósito de vida: dejar el mundo un poquitito mejor de cómo lo hayas encontrado.

Finalmente… aunque tengas reproches en tu vida, ¡no te des por vencido contigo mismo!

Eres la inversión única y más importante. ¡Tú mismo!