top of page

Un espacio de reflexión y crecimiento personal

LECCIONES DEL PRINCIPIO DE PARETO PARA RESOLVER PROBLEMAS


El principio de Pareto, llamado también el principio 80/20, fue explicado en 1895 por un economista italiano del mismo nombre. Él observó que casi toda actividad económica estaba bajo este principio. Por ejemplo, significaría que el 20% de tus actividades darán tus mejores resultados. El 20% de tus clientes harán el 80% de las ventas. El 20% de tu actividad te brindará el 80 % de tus resultados.

¿En qué nos ayuda el principio de Pareto para resolver nuestros problemas hoy?

Lo importante es comenzar aprendiendo de nuestros errores. El primer error es no aceptarlo cuando ocurre. Se ha llegado a analizar que hasta un 70% de nuestras decisiones pueden ser desacertadas. El segundo error es no ver cómo aprender de ellos para mejorar las situaciones o revertirlas.

Es importante definir tu error con claridad. Pregúntate: ¿Qué sucedió? ¿Por qué sucedió? ¿Qué hice para equivocarme? ¿Cómo se produjo el error? También pregúntate: ¿Es un solo problema aislado, o es un racimo de problemas? Un problema en tu salud, por ejemplo, podría resultar de una suma de malos hábitos en tu manera de vivir.

Un paso importante para resolver tus errores es analizar las posibilidades que tienes frente a los mismos, y luego definir un plan de acción, y luego tomar acción. Convierte tus problemas en metas medibles y específicas. Enfócate en el 20% de tu mejor esfuerzo que puede marcar el 80% de la diferencia.

Los errores y problemas son parte de la vida. La vida es un proceso interminable de problemas de todo tipo de tamaño. El psicólogo William James escribió que las creencias crean la realidad, lo cual significa que actuamos según nuestras creencias, actuamos de acuerdo a lo que creemos. Si crees que hay solución, vendrá la solución. Si crees que tu fracaso te afectará para siempre, así será.

Una manera de minimizar las equivocaciones es tener un orden claro en nuestras vidas, basado en la prioridad de nuestras metas, en las áreas personales, familiares, económicas, de capacitación (tu área de desarrollo personal); y ante cada decisión importante tomar unos minutos para pensar si están dentro de mis metas y prioridades. Y antes de emprender un nuevo compromiso, analiza tu tiempo, tus energías y cuán importante es en el orden de tus prioridades.

Resolver problemas y salir de las equivocaciones se hace mucho más fácil con la actitud correcta.

El Dr. Martin Seligman, estudioso del tema de la felicidad por años, explica que la gente optimista tiende a interpretar a los eventos de tal manera en que mantienen sus mentes enfocadas positivamente, y sus emociones bajo control. Hablan de manera optimista: ven a los problemas como situaciones temporarias, mientras que el pesimista más bien atribuye la situación como permanente. Es decir, que lo malo y lo negativo difícilmente se revierte, según su pensamiento.

Otra diferencia de actitud es que el optimista mira a los problemas y equivocaciones como algo específico y puntual; el pesimista ve a los problemas como algo generalizado.

La tercera diferencia entre un optimista y un pesimista es que los optimistas ven a los problemas como situaciones externas, mientras que los pesimistas los personalizan, los hacen propios. El optimista pronto mira allá de la desilusión mientras que el pesimista lo generaliza y agranda aún más el problema.

La preocupación puede indicarte qué es lo que te interesa, y qué debes buscar resolver. A nivel de tu cerebro, cuánto más te preocupes por algo, más se reforzarán las redes neuronales en tu cerebro que refuercen la preocupación. Aprende a mejorar tus pensamientos, ya que tus emociones vienen de ellos. Al mejorar tus pensamientos, mejorará tu vida entera. Que la preocupación simplemente señale el lugar donde tienes que poner tu mejor 20%, y que no se convierta en un hábito de estar preocupado sin llevarte a la acción. La falta de acción producirá mayor quedadez y mayor desánimo.

Es importante que pienses lo siguiente respecto a tus errores: No importa tanto lo que ya sucedió: lo que importa es qué harás ahora. El presente y el futuro son más importantes que el pasado. Hoy es tu oportunidad de tomar esta decisión y activar tu presente.

Recuerda: es imposible crecer sin la adversidad. Puedes controlar más tus acciones que tus sentimientos. Tus sentimientos son importantes, claro, en tanto no se conviertan en el motor de tu vida. Lo importante es que tomes acción.

Hay tres acciones a tomar en cuenta:

UNO. Haz el hábito de buscar soluciones a tus problemas, en lugar de quejarte y desanimarte. Recuerda las sabias palabras del gran inventor Thomas Edison: “La creatividad es 99% traspiración y solo 1% inspiración.” Pregúntate: ¿Cuáles son mis cinco mayores problemas al momento? El escritor Napoleón Hill cuenta que creó una junta imaginaria de sus consejeros personales, como figuras históricas como Napoleón, Jesús y Lincoln, e imaginaba que le daban respuestas a sus problemas. Necesitas creer que tienes la capacidad de estar en control de tus problemas. Los psicólogos afirman que el sentimiento de encontrarse uno “fuera de control” es una de las razones principales de estrés y negativismo, inferioridad y baja auto estima.

DOS. Busca las lecciones que puedan surgir de cada adversidad. Y estas lecciones se logran con tres claves: Pensar con claridad, enfocar tu atención en la resolución de los problemas, y finalmente, abre tu mente a las posibilidades. Si tienes la actitud de que podrás resolver o mejorar los problemas, ¡seguramente lo harás!

TRES. Escribe con lápiz y papel las tareas e ideas que tienes.

Consejos: Haz una lista de todas tus metas, actividades, proyectos y responsabilidades hoy. Resuelve invertir en el 20% que rendirá el 80% de tus esfuerzos. Cuida este 20% como lo más importante en tu vida, y traerá un gran rendimiento a tu vida.

Posts Destacados
Posts Recientes
Buscar por etiquetas
Síguenos
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
bottom of page