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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

Aún en medio del dolor...


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Es real: Parte de la vida es saber convivir con el dolor. La vida está llena de problemas difíciles. Cuando no miramos de frente a estos problemas, creamos más problemas, que nos alejan de la solución. Al vivir corremos el riesgo de ser traicionados, abandonados y desestimados. Pero si ignoras el dolor, como quien quiere barrerlo debajo de la alfombra, aumentarás el dolor. Mira tu dolor, obsérvalo, vívelo intensamente… y luego vuelve a la vida.

Aprende a pedir ayuda. No es fácil. Pero a menudo la solución está a nuestro alcance: en las manos de un amigo, un confidente. No esperes que los demás adivinen lo que necesitas. Poder ser directo y claro es una señal de madurez, para que los demás sepan lo que sientes, lo que necesitas y lo que esperas de ellos. Sé directo, pero sé amable y respetuoso.

Puedes fijar límites saludables con las personas y las situaciones a tu alrededor. Si estamos desbordados de problemas, agotados, es tiempo de fijar límites claros y precisos para comenzar a reordenar nuestras vidas. Los límites claros te ayudarán a acercarte más a tus proyectos y a traer orden a tu vida.

Decide priorizar los aspectos más importantes en tu vida. No dejes que las circunstancias ni la presión de los demás te robe lo que consideres esencial. Recuerda que al fijar límites, también crearás consecuencias nuevas, pero serán tus propias consecuencias.

Aprende a escuchar. Estamos tan llenos de nuestras opiniones e ideas que no nos queda espacio para escuchar a otros. Escuchar requiere esfuerzo y atención: enfocarme en la otra persona.

No te dejes intimidar por el temor a la soledad. Los que tienen miedo de quedarse solos, pagan cualquier precio para no estarlo. Habrá momentos en que te sentirás solo, pero nunca al precio de que otros te atropellen o roben tu dignidad. Estar solo no significa que eres menos: sí puede ser una oportunidad para aprovechar para crecer, crear y avanzar.

Aprende a demorar la gratificación. En los tiempos que vivimos se enfatiza lo urgente y lo instantáneo, sacrificando algo más valioso por un momento de gratificación. Aprende a esperar los tiempos y a esforzarte a largo plazo. No te conformes con menos, aunque signifique tomar el camino más largo.

Aunque te hayan herido u ofendido, no dejes de mantener una actitud de respeto y cortesía. No caigas en el maltrato por causa de otros. Que tu actitud sea de respeto. Mantente por encima de los pleitos maliciosos y ofensivos.

Respeta tu palabra. Lo que digas, es importante que lo cumplas. Si no cuidas ni mantienes tu palabra, tu dignidad se desmorona. Hables lo que hables, no seas liviano ni descuidado. Sé una persona de palabra.

Que lo primero sea primero. Resuelve tus problemas por orden de importancia, no te distraigas en lo superficial ni en lo inmediato. Haz lo que no te gusta hacer (pero que te corresponde hacer) sin resistirte. Elige tus acciones. Controla tus emociones. Y al cumplir con tus responsabilidades en el orden correcto, crecerá tu estima y tu valor.

Hay lecciones difíciles pero muy valederas en nuestro dolor. Permanece en el camino.

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