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Un espacio de reflexión y crecimiento personal

Lecciones del abejorro


Victor Seribriakoff era una “perdedor”. Nada le salía bien. Nadie esperaba nada de él. Por años asumió lo que él pensaba de sí mismo y lo que los demás pensaban de él...que él era un “fracasado”. Pero a los 32 años de edad, en una de esas casualidades, tomó un test de cociente intelectual, para descubrir que... ¡era un genio con 161 puntos! Esta revelación cambió su vida- dejó atrás una vida mínima y comenzó una vida máxima. Llegó a tener grandes logros en su vida debido a su cambio de pensamiento. Lo que uno cree determina lo que es capaz de hacer. Y eso es fe. Pero muchos tenemos ¡una fe al revez! para analizar y observar todo lo que no podemos hacer. Todo lo que no nos sale...

Y el abejorro, esa abeja gorda y torpe quien los científicos dicen que “no puede volar” ¡vuela! No será un águila atravesando las alturas como un rayo, pero... ¡vuela!¿Cuál es tu pensamiento hoy respecto a tus capacidades? ¿Qué el timbre de tu c asa no andaba cuando pasaron los dones y talentos por tu casa? ¿Qué “la vida” te pasó de largo? A continuación hay algunas señales de cómo nos limitamos en cuanto a nuestro potencial:

Administramos mal nuestro tiempo: no nos alcanza, no nos organizamos, vivimos corriendo y aun así atrasados en nuestras responsabilidades y tiempos de esparcimiento.

Dejamos de cuidar nuestra salud: no nos alimentamos bien, dejamos de caminar, dejamos el gimnasio, nos estresamos...

Abandonamos proyectos que habíamos empezado alguna vez con entusiasmo y alegría. Dejamos de participar en las actividades de la iglesia, dejamos de interesarnos por los temas sociales que nos rodean, no tomamos tiempo para un estudio bíblico, ni para colaborar en actividades prácticas.

Descuidamos nuestras relaciones con los demás. Nos vamos enfriando en nuestro matrimonio, nos alejamos de nuestros hijos, no tomamos tiempo para los amigos y familiares.

Y lo triste es que la mayoría de nosotros sí sabemos lo que debiéramos hacer. Sabemos que debiéramos cuidar el peso...atender y escuchar a nuestros seres queridos...que lo que vale la pena cuesta trabajo... ¡Sabemos mucho! Pero como dijo Napoleón: “El conocimiento sólo es poder en potencia.” Sólo se hace poder cuando se organiza hacia un plan definido de acción y dirigido hacia un fin definido.

Muchos somos como el joven que comenzó su empresa, y la primera mañana al abrir su negocio, llegó un hombre a la oficina. El joven decidió impresionar a su primer cliente, y alzó el teléfono y comenzó a hablar grandezas, de montos millonarios, y proyectos enormes. A los minutos, colgó el teléfono y le preguntó al hombre qué era lo que necesitaba. Y el hombre respondió: -Vine para conectar el teléfono.

¡Pasemos de hablar a la acción! Pero la valentía se prueba ¡en la cancha!

Muchos corremos mucho y logramos poco. Actividad no es sinónimo de logro. ¿Estás avanzando hacia tus metas, tus sueños, tus deseos?

Consejitos finales:

¡Ama lo que haces! Si amas lo que haces, lo harás mucho mejor que con desánimo y aburrimiento. Pon pasión y entusiasmo en tus tareas, aun las más cotidianas. Dan Miller escribe: La gente que avanza no odia lo que hace. Su trabajo no es un castigo para lograr un sueldo. Tu trabajo debería ser la mejor expresión de lo que eres.

Recuerda, una actitud de fe se traduce en esfuerzo y trabajo. La fe pasa de los sueños a la realidad. Por lo tanto, escribe y anota tus deseos y anhelos, desde para lo familiar, a lo laboral, a lo espiritual y busca ¡volar como el abejorro! Medita en la siguiente frase de origen anónimo: No le pidas a Dios que guíe tus pasos si no estás dispuesto a mover los pies.

Woodrow Wilson dijo: No estás sobre la tierra simplemente para existir. Estás aquí para que el mundo viva con mayor amplitud, con una mayor visión, y con un espíritu de esperanza y logro. Estás aquí para enriquecer al mundo. Te empobreces cuando te olvidas de esta tarea.

Un pensamiento dice: No te preguntes cuál es el significado de la vida, sino más bien, ¿cómo puedo hacer que mi vida sea más significativa?

Y hoy mismo puedes empezar a dar valor a tu vida, ya que Dios te da ese valor y ese significado.

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